“Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.
Con esta frase que alguna vez pensó y escribió Eduardo Galeano, iniciamos nuestro sencillo homenaje al escritor y periodista uruguayo que falleció el lunes 13 de abril a los 74 años. El hombre que nos enseñó y nos puede seguir enseñando a través de sus obras, a leer el mundo, a entenderlo y a comprometernos en construirlo y transformarlo.
Aunque nació en una familia de clase alta, Galeano fue obrero, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco. Se inició en el periodismo en los años 60 y por sus escritos fue encarcelado y luego expulsado de su país por el triunfo de la dictadura en 1973. A mediados de 1985 volvió a Uruguay para seguir escribiendo desde el semanario Brecha, así como para otros medios y para participar activamente para evitar la impunidad para los crímenes cometidos durante la dictadura militar.
Nunca quiso ser imparcial, o neutral, siempre reflejó en sus textos la riqueza compleja de América, las incongruencias del sistema, las peleas por el poder y la lucha de los oprimidos por la emancipación, siempre rechazó la opresión, la subordinación y la explotación a la que han sido sometidos todos los pobres del continente.
Porque siempre lo admiramos, y porque iluminó con sus escritos diferentes momentos de nuestras vidas, hoy lo recordamos con afecto y admiración, recordamos sus enseñanzas y sus llamados de atención, y para superar la tristeza de su partida, invitamos a la lectura de sus obras, que lo mantendrán siempre vivo.
Compartimos este enlace que propuso la cadena TeleSur, de la cual fue colaborador, para descargar algunas de sus obras: http://www.telesurtv.net/news/
Además de las que están disponibles en línea, una buena compañía son también: Los días siguientes (1962), China, crónica de un desafío (1964), Los fantasmas de día de León (1967), Guatemala, país ocupado (1967), La canción de nosotros (1975), Nosotros decimos no (1989), El fútbol a sol y sombra (1995), y Las aventuras de los jóvenes dioses (1998).
Porque siempre fue un hombre solidario, respetuoso de las luchas de los pueblos, que acompañó con su prosa y su poesía a la gente de su América y a los pobres y oprimidos de todo el planeta, le dedicaremos unos minutos de silencio y otros muchos de palabras, de sus palabras, a través de la lectura de algunos de sus textos por los 89.6 del FM.
“Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. Esto pensaba Galeano y lo repetimos nosotros, comprometidos con las cosas pequeñas que estamos haciendo para cambiar el mundo.
Gracias por el artículo. Galeano era un gran escritor y mejor persona.