En la capital del Chocó crecen los asesinatos, sobre todo entre menores de 30 años. Los grupos armados, que aprovechan la pandemia para conquistar terreno, desplazan y amenazan a quienes denuncian. El Estado aumentó la presencia de la fuerza pública, pero no la necesaria inversión social.
Por PACIFISTA! y La Liga Contra el Silencio