
Frente a la inminente firma de un acuerdo de paz, ¿es acaso la presencia de Ejército en las ciudades la realidad que debemos esperar en el posconflicto?
Gobernando desde su elección, el alcalde electo Alex Char anunció que La Policía tiene que “ponerse las pilas con Barranquilla y el Caribe colombiano” o a partir del 1 de enero de 2016 se hará necesario meter al Ejército en Barranquilla para contrarrestar las peores cifras de homicidios en la ciudad durante los últimos 5 años.
- Barranquilla cerrará este año como el más violento del último lustro. Hasta el 30 de noviembre la ciudad registraba 375 homicidios, la cifra más alta desde 2007, año en que se desmovilizó el frente paramilitar José Pablo Díaz bajo las órdenes de Édgar Ignacio Fierro alias ‘Don Antonio’.
- La curva de atracos se ha mantenido en ascenso pasando de 451 casos por 100 mil habitantes en 2009 a 516 en 2013.
- A pesar de los esfuerzos de la policía, crece el microtráfico en los barrios de Barranquilla y es clara la articulación de pandillas, bandas delincuenciales con estructuras que permanecen fuertes a pesar de la desmovilización.
(Cifras tomadas de LaSillaCaribe)
Claramente hay percepciones y opiniones divididas y son muchos los temas que se deben considerar, pero en general considero que además de ser una medida represiva, que no dialoga con la búsqueda de soluciones al conflicto en el país, preocupa que con ella se obvie por una parte la necesaria revisión de la judicialización, cuyos vacíos generan impunidad y por otra que se desvíe la atención de la administración en lo que debe ser su esfuerzo por generar medidas integrales para reducir la inseguridad como inversiones en educación, salud, oportunidades laborales y más y mejores espacios de ciudad para la convivenvca. Son los problemas sociales estructurales los que elevan los niveles de violencia y por ello las soluciones a los mismos son las únicas que pueden garantizar la reducción de la violencia.
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Belén, eso tiene que ver mucho con la Columna de Jairo Parada “El progreso social de Barranquilla” en la cual concluye “En este escenario, la conclusión que se saca es que en materia de indicadores gruesos de infraestructura y simples coberturas, hemos mejorado, pero cuando se pasa a temas de calidad y no de cantidad, allí nos rajamos. Hay cobertura en salud, pero el servicio es bien deficiente. Ha mejorado la cobertura en educación, pero en las pruebas Saber nos va muy regular. No sobra decir que hasta en deportes, Barranquilla y el Atlántico siguen siendo una vergüenza nacional. Hasta Bolívar nos da sopa y seco”. Esto es, si no hay una inversión social contundente con resultados en calidad, estaremos condenados a vías pavimentadas cuidadas por militares, mientras la gente se muere en la pobreza.