Especial #SíPasó sobre los ‘falsos positivos’

‘Falsos positivos’: el horror que algunos en Colombia quieren negar

Durante veinte años, Edison Alexander Lezcano Hurtado fue para la historia oficial un guerrillero que murió en un combate con el Ejército. Su familia tuvo que cargar con ese estigma que también fue alimentado por grupos políticos e incluso por un segmento de la prensa colombiana. 

Tantos rumores sobre la honorabilidad de una víctima inocente terminaron de despejarse el día en que varios militares aceptaron ante la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, haber cometido el crimen. Por orden de un mayor, soldados del Batallón de Contraguerrillas No. 26 lo sacaron de su casa y posteriormente, en estado de indefensión, lo ejecutaron.  Aún así hay colombianos que todavía creen que los ‘falsos positivos’ fueron un invento o una narrativa. Los discursos de políticos y una parte de la prensa se encargaron de ello. 

En este especial, Vorágine, Colombiacheck y La Liga Contra El Silencio muestran cómo militares destruyeron carpetas y documentos que hubiesen sido claves para esclarecer algunos ‘falsos positivos’. En otro de los textos dejan en evidencia cuáles son las cuentas de X (Twitter) y otras redes sociales que se dedicaron durante años a negar estos crímenes y a posicionar la idea de que se trataba de un invento.

Visitaron Medellín para reconstruir la historia de las mujeres que en Colombia fueron asesinadas y presentadas como guerrilleras. Al menos 418 de estas víctimas aparecen en los registros de víctimas de ‘falsos positivos’. Viajaron al Huila para recorrer las tumbas y las casas de personas que terminaron asesinadas por militares y cuyos casos apenas se comenzarán a conocer: fueron ‘falsos positivos’ que a pocos les importó. Y por último, indagaron en los máximos responsables de esta historia cruel: ¿qué altos funcionarios y qué acciones, órdenes y actos administrativos desplegaron para que estos delitos se pudieran cometer? Basados en archivos oficiales y entrevistas, intentaron dar respuestas a estas preguntas.      

Y lo hacen porque los ciudadanos tienen derecho a saber, por ejemplo, que los ‘falsos positivos’ no fueron un error. La misma naturaleza de este delito implicó una planeación, una ejecución y un ocultamiento que implicó, a su vez, una negación que todavía pervive. El hecho de llevarse a una persona de un barrio y matarla en otro lugar, para luego ponerle un uniforme, armamento y botas de caucho, y  presentarla como miembro de la guerrilla encarna todo un andamiaje en el que no participaba una sola persona. Hay documentos de la JEP que indican que los ‘falsos positivos’ representaron un ataque sistemático y generalizado en contra de la población civil. Este trabajo, esta mirada, estos reportajes, son apenas un grano de arena que ponen para decir, sin maquillajes, sin rodeos y con evidencia, que todo este horror SíPasó. 

About The Author: Redacción Vokaribe

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