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Por: Laura Senior*

“Celebrar la música es contemplar un sentimiento creciente en cada uno de los seres humanos que aman y gozan con cada retumbar de cualquier instrumento que genere sonido”.

Que en Barranquilla se celebre la música un día en especifico y bajo un titulo en francés, Fête de la Musique, no significa que sea una fiesta hecha estrictamente por franceses para franceses, sino una fiesta organizada y a veces autogestionada por la comunidad local y por algunos grupos de músicos.

Plan de contingencia, permisos, sistema de sonido, logística, patrocinadores, un buen proyecto, entre otras cosas, son elementos fundamentales para la organización de un concierto y es lo que debe tener en cuenta alguien que decide participar como gestor de un escenario en la fiesta de la música.

Pero, ¿qué tan preparados están los gestores y los músicos locales para enfrentar procesos de gestión? porque no es lo mismo gestionar un escenario que gestionar estar en un escenario.

Unir esfuerzos y desarrollar acciones para hacer posibles diversas oportunidades de circulación de la música, quizás sean algunas de las formas que tienen las agrupaciones musicales para participar en distintos escenarios.

Hay momentos donde los artistas/músicos se convierten en los gestores de escenarios para ellos mismos y también para nuevas bandas, como se narra en el siguiente caso: “Ha tocado todo por nuestros propios medios, es difícil en la escena de Santa Marta, pero hay ciertos espacios a los que uno le puede apuntar, uno de ellos es la Fiesta de la Música en la que estamos participando por segunda vez. Nuestro interés es llegar a nuevos públicos y generar cultura de cierta forma. Siempre hay que buscar la alternativa. Junto con nuestro sello discográfico independiente, EMRecords, creamos El Toque del Sábado, en el que le damos la oportunidad a artistas a que muestren su música y tratamos con esto de impulsar a las otras bandas“. Comenta Daniel Fernández, bajista de la banda de rock El Otro Grupo.

Y así sucede con otras expresiones musicales dentro de la Fiesta de la Música, en la que apostarle a la gestión, es otra manera de estar: “Nos vinculamos hace 4 años con la Alianza Francesa y colaboramos organizando una tarima de tunas, porque hace 5 años nos presentamos por primera vez; antes de nosotros había tocado una sinfónica, una tuna y después un solista, entonces le dije a Jorge Ferreira: ‘ me gustaría que la tuna tuviera su espacio propio ‘.  Y me vinculé con los centros comerciales, invité a todas las tunas de Barranquilla, la Alianza me abrió la puerta, me apoyaron. Llevamos 4 años haciendo un festival de tunas corazonistas, en el marco de la Fiesta de la Música”, fue lo que dijo Ricardo Renowitzky director del Festival de Tunas Barranquilla.

Otros que intentaron que en 2014 se mantuviera su escenario, fueron los artistas del Hip Hop. Un acto violento ocurrido en 2013, que terminó con la muerte de un joven, fue una de las razones para que la Alianza Francesa retirara el apoyo que venían otorgando en años anteriores. Los Hip Hopers buscaron la manera de ser partícipes, hicieron la gestión pero no lograron.

Como vemos, es posible establecer estrategias para impulsar el trabajo y mostrar la música de cada artista, así como también es posible buscar las herramientas y la manera de montar un escenario para que eso se vuelva realidad.

Cuando llega el momento de asumir la organización de una “fiesta”, en este caso la Fiesta de la Música, encontramos que no es lo mismo ser invitado o ser el anfitrión; estar sentado en un mueble o estar moviéndose de un lado a otro para que todo esté en orden.

Entonces, ya sea tomando el micrófono para cantar, afinando un instrumento, armando la tarima o dirigiendo la logística, el artista y el gestor van a tener algo en común y es la pasión y la entrega a una actividad cultural inspirada por la música que cierra el ciclo con un público que baila y goza al ritmo del mismo compás con el que baila y goza el esfuerzo y la satisfacción.